Este artículo se desarrolla dentro del Programa Con/Sentido. Ocio Responsable con Justicia de Género, que aborda la intersección entre el ocio festivo, el consumo responsable de sustancias y las experiencias de encuentros eróticos

comprometidas con la vivencia de las sexualidades libres de violencia sexual.

#HAZLO CON/SENTIDO

Las mujeres también salimos de fiesta.

Es viernes, seis de la tarde. B lleva cubriendo el turno de noche toda la semana, hoy quiere ver a las colegas. Tras proponer que el punto de encuentro sea en casa, se ducha, prueba tres modelitos diferentes hasta quedarse con el segundo. Se observa en el espejo, se ve guapa, se gusta y piensa con qué colores de su paleta de sombras podrá experimentar esta vez.

Imagina cómo llegará a casa, cuánto más corrido el maquillaje más diversión para recordar durante la próxima jornada laboral. Consume porque le gusta la sensación de desinhibición, pero nunca se le ha ocurrido hacerlo sin un entorno de confianza. Por eso la «previa» la prepara en casa, por eso y porque le permite ahorrar algo de dinero una vez llegan a la discoteca.

Bailar, esa sensación de libertad cuando la música se apodera de su cuerpo y no puede

dejar de moverse mientras experimenta el sentirse ella misma, sin nada que esconder.

Auténtica. Y con esa seguridad, conocer gente nueva, B no sale a ligar. No es lo que busca.

Mientras tanto, D prefiere quedarse en casa, invitar a las amigas, a su gente más cercana. Y el plan que se presenta es casi el mismo que cuando solía salir a la calle: cada una con la sustancia que la hace sentir más cómoda, la música sonando, o pinchándola ellas mismas. Ambiente de confianza y seguridad en la mayoría de las ocasiones.

D encuentra esto realmente placentero. No tener que enfrentarse a posibles conflictos que surgen de relacionarse con desconocidos y la incertidumbre de no saber qué puede pasar. Lo que le hace sentir cómoda en un espacio de ocio, principalmente, es estar rodeada de las suyas, sabiendo que van a estar juntas, y pactando los cuidados básicos de antemano. Con eso, lo demás importa un poco menos.

Teniéndolas a su lado, puede moverse y relacionarse en el espacio con algo más de facilidad que si fuera sola, aunque apenas interactúa con las personas ajenas a su círculo, ni con el entorno, pues lo que busca D cuando sale, es estar con ellas. Echar el rato, pasar el “morao” juntas, disfrutar de la música, o de las charlas, pero siempre de la compañía.

D consume drogas, pero intenta no buscar evadirse o escapar. No se siente capaz de

gestionarlo, practica la-auto escucha y controla los tiempos para asegurar, simplemente, el disfrute. Busca potenciar las sensaciones que le causa el contexto de fiesta y compañía, aguantar más tiempo despierta y aprovechar al máximo, disfrutar, con las suyas, y pasar la mañana recordando todas las anécdotas que acontecieron la noche anterior.

E prefiere beber poco y en confianza, reconoce el disfrute que le proporciona conocer gente nueva pero no en espacios multitudinarios y con mucho ruido. Ella sale de tardeo y por terrazas, donde consume sin excederse, persigue el «puntillo» donde se encuentra más relajada pero no le gusta nada lo que experimenta su cuerpo cuando bebe de más.

G recuerda su primera fiesta no mixta en una okupa del centro como el inicio de todo. Lo que le hace sentir cómoda en un espacio es sentirse libre de juicios, de personas

insistentes. Hubo una época en la que salía con vistas al ligoteo, y obtenía su disfrute en ello pero fue entonces cuando descubrió la verdadera fuente de su placer en aquella fiesta. Bailar y sentirse libre entre iguales, entre hermanas, pudiendo bromear, sin miedo, sin alertas.

G no consume, casi siempre ha experimentado la realidad desde su naturalidad, para ella la música y el movimiento del cuerpo la hacen transportarse a otra dimensión sin necesidad de nada más.

L lo vive de manera diferente, sale para desfogar, busca divertirse y desfasar, pasar tiempo con gente, socializar, bailar y, a veces, no medir en su consumo. Pero, su sensación favorita es la de volar a tope con la electrónica. A ligar no ha salido nunca, no se siente cómoda ni segura, tiene un radar para encontrar los hombres que se ponen pesados. Si quiere consumir busca el ambiente propicio: rodeada de personas de confianza.

Todas se encuentran, en algún momento de la noche, con una compañera en el baño.

Cruzan miradas, observan las pupilas de la otra, se regalan un poco de papel, comentan el ambiente. No pueden evitarlo, entre las mujeres ejercemos cuidados con las otras, tejemos red de hilos invisibles que nos permitan seguir con nuestro disfrute individual, cada una a su manera, pero seguras y cuando se reencuentran en la pista de baile, en el salón de casa o la terraza, una sonrisa cómplice.

Desde el programa Con/Sentido trabajamos para conseguir una transformación de los

espacios de ocio festivo hacia espacios libres de violencias sexistas.

Dentro de él, las mujeres nos reivindicamos como sujetas de deseo, placer y disfrute desde una mirada que nos concibe como autónomas en nuestro ocio festivo y consumos. Lejos de la visión estereotipada que se mantiene sobre nuestros cuerpos y actitudes a la hora de desarrollarnos y gestionarnos en esta faceta de nuestras vidas.

Como hemos hablado en textos anteriores pueden darse tantos ocios festivos como

personas que lo ejercen. Una vez más, este es un espacio en el que todas las mujeres

hemos podido sentirnos invisibilizadas pero nosotras también salimos de fiesta, a ligar o no, a beber o no, en discotecas, terrazas, CSOAs (Centros Sociales Okupados

Autogestionados), RAVEs, en nuestras casas. Salimos acompañadas, pero también solas, maquilladas o no, salimos a bailar, a conocer gente nueva. Consumimos para evadirnos, para desfogar, para deshinibirnos o no consumimos.

Queremos dejar de emplear estrategias de seguridad y comenzar a emplear estrategias de cuidado, con nosotras mismas, nuestra red afectiva y nuestro entorno. Estrategias que nos ayuden a sentirnos libres para aplicar nuestros propios auto pactos de consumo y ligoteo.

En definitiva, sujetas autónomas de decisión.

De la misma forma, queremos incluir en nuestras reivindicaciones aquella que lleva a

vincularnos en relaciones, dentro y fuera de los espacios de ocio, sanas, horizontales, libres y Con/Sentido.

SOY MUJER Y DECIDO SOBRE MI CUERPO

SOY MUJER Y DECIDO DONDE IR

SOY MUJER Y DECIDO QUÉ CONSUMO

SOY MUJER Y DECIDO CON QUIÉN LIGO

SOY MUJER Y DECIDO QUÉ HAGO CUANDO SALGO

SOMOS MUJERES. DECIDIMOS.

Idaira Gara, Abril ‘21