En el Programa Con/Sentido. Ocio Responsable con Justicia de Género trabajamos para la transformación de los contextos de ocio festivo. Uno de nuestros valores es la interseccionalidad y atraviesa los principales temas sobre los que reflexionamos: el ocio festivo, las vivencias de las sexualidades y los consumos de sustancias. Siguiendo con el artículo Edad aconsejada de Irene, vamos a cuestionar el modelo de consumo de sustancias de las personas adultas.

#Hazlo Con/Sentido

Noviembre 2021. Alicia Bustos Vargas

Los consumos de las sustancias que se encuentran en el mercado no regulado, las ilegales, disminuyen a medida que pasan los años. Las edades de experimentación y curiosidad hacia ellas se sitúan entre la adolescencia y los primeros años de la adultez. En las sociedades con comportamientos tradicionales (como todavía lo son, en muchos aspectos, la nuestra y otras cercanas) las personas adultas dedican menos tiempo al ocio festivo. Esta reducción en el tiempo de dedicación y en la posición de prioridad en la vida que se le concede al ocio festivo, muchas veces y, especialmente en las mujeres, se ve atravesado por el mandato de género de la construcción de la familia tradicional y la maternidad…y sino fijaros en quién está más presente en los bares y en las discotecas…Que dediquen menos tiempo no quiere decir que dejen de disfrutarlo, sino que lo hacen de formas que suelen tener características (como la dosis, la frecuencia y las mezclas) y motivaciones para hacerlo algo diferentes a las de la gente joven. Además de los cambios sociales, los cambios fisiológicos también tienen que ver con salir menos de fiesta. El metabolismo se ralentiza con el paso de los años y el organismo se sensibiliza a los efectos de las sustancias, puede verse afectado por el consumo de otros fármacos y se recupera de forma más lenta (las resacas de alcohol suelen durar más a medida que cumples años).

Se cree y se espera que las personas adultas, en caso de consumir, lo hagan de forma responsable y madura, ya que se considera que a medida que pasan los años se aprende de las experiencias propias y se trabaja en la autorregulación (lo que desde este programa llamamos autopactos de consumo responsable).

¿Solo la edad nos proporciona responsabilidad? Sería un grave error responder que sí…

Desde la mirada adultocentrista, se considera que las personas jóvenes realizan conductas, entre ellas el consumo de sustancias, de forma irresponsable (como si no conociésemos a personas adultas que también consumen de forma irresponsable…). Etiquetar a la juventud como irresponsable lleva consecuencias asociadas al gran trabajo de responsabilidad de las propias conductas y la asunción de las consecuencias.

¿Qué necesidad tenemos de marcar fronteras tan estrictas entre la forma de consumir de las personas jóvenes y la de las personas adultas? Si consideramos a los modelos de consumo de sustancias adultos como el espejo y, a la vez, el camino y las expectativas que siguen las personas jóvenes, resulta que debemos trabajar objetivos preventivos para todas las franjas de edad, con matices y lenguaje diferente. Por ello, el programa Con/Sentido se dirige a todas las personas que formamos parte de esta sociedad. Si solo dirigimos los mensajes de reducción de riesgos y placeres a las personas jóvenes, pueden encontrarse disonancias en lo que ven que hacen las personas adultas. Además, el hecho de ser mayor de edad, de cumplir 18 años, permite y legitima el consumo de algunas sustancias, asumiendo que al cumplir la mayoría de edad la responsabilidad y la madurez aparecen por sí solas, dejando, a su vez, a las personas menores sin información ni conocimiento de habilidades que les ayuden a gestionar sus consumos de la forma menos arriesgada posible y más placentera.

Como decía, al cumplir la mayoría de edad se espera que las conductas sean más respetuosas, pero ya he comentado que la responsabilidad no aparece por arte de magia, sino que debe trabajarse a lo largo de todo el desarrollo vital.

¿Podemos aceptar que también las personas menores y jóvenes pueden realizar consumos de sustancias de forma responsable? ¿Podemos aceptar que también las personas menores y jóvenes pueden no realizar conductas agresivas y discriminatorias hacia otras personas? Sí la respuesta es sí, estaremos trabajando para la transformación de la mirada hacia la juventud, lo que se reflejará en la transformación de los espacios de ocio festivo.

Dejemos de creer que por ser adultas lo sabemos todo, porque de esta forma nos estamos limitando en los procesos de revisión personal y de aprendizaje que tanto nos ayudan a crecer y a transformar la sociedad en la que vivimos.